09 de Diciembre de 2021
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Educar con base en los derechos humanos es fundamental en el mundo de hoy.
Distintos órganos públicos nacionales e internacionales destacan explícitamente la importancia de educar en los derechos humanos.
“Sirve a las personas para desarrollar las habilidades y actitudes necesarias para promover la igualdad, la dignidad y el respeto en sus comunidades y sociedades y en todo el mundo”, dice Amnesty International. “El conocimiento de los derechos, responsabilidades y libertades, tanto de uno mismo como de los demás, se considera una herramienta fundamental para garantizar el respeto de todos los derechos de todas y cada una de las personas”, dice la UNESCO. “Los derechos humanos son parte de la vida, están presentes desde el primer respiro, hasta el último aliento; por lo que la educación basada en los derechos humanos debe estar presente desde la niñez, reforzarse en la adolescencia y practicarse en la vida adulta”, dice la página oficial del gobierno de México.
En tanto, en su documento “Un enfoque de la educación para todos basado en los derechos humanos”, Unicef nos recuerda que la educación goza oficialmente de la condición de derecho humano desde que se adoptó la Declaración Universal de Derechos Humanos en 1948, y desde entonces se ha reafirmado en numerosos tratados mundiales.
Pero educar en los derechos humanos también es altamente complejo:
implica no solo abordar los aspectos teóricos sobre el tema, sino también practicarlos a diario en las instituciones educativas.
Los alumnos suelen observar el comportamiento de los profesores, e identifican claramente cuando las conductas no tienen relación con los contenidos que se tratan. Un maestro que dice: “Hoy vamos a hablar de la libertad de expresión. ¡No quiero oír a nadie mientras hablo!”, no entregará una adecuada formación sobre derechos humanos.
Una adecuada educación en los derechos humanos implica necesariamente generar adecuados climas de convivencia, enseñar a los alumnos la autonomía personal, fortalecer el desarrollo de su personalidad y su capacidad de tolerancia, reflexión y diálogo, y de resolución de conflictos y búsqueda de soluciones.
Se trata de una tarea ardua, que Knotion ha hecho suya desde sus cimientos.
La finalidad de la educación, señala Unicef, es promover la realización personal, robustecer el respeto de los derechos humanos y las libertades, habilitar a las personas para que participen eficazmente en una sociedad libre y promover el entendimiento, la amistad y la tolerancia.
“El derecho a la educación no sólo abarca el acceso a la enseñanza, sino además la obligación de eliminar la discriminación en todos los planos del sistema educativo, establecer unas normas mínimas y mejorar la calidad”, afirma.
También recuerda que en los últimos años se ha hecho cada vez más hincapié en los enfoques del desarrollo basados en los derechos humanos. En el programa de reforma de las Naciones Unidas puesto en marcha en 1997, el Secretario General de las Naciones Unidas instó a todas las entidades del sistema de las Naciones Unidas a incorporar sistemáticamente los derechos humanos en sus actividades y programas. Como consecuencia, tuvo lugar un proceso interinstitucional de negociaciones cuyo resultado fue la adopción de una Declaración de Comprensión Colectiva formulada por las Naciones Unidas.
Esta declaración, destaca Unicef, “aporta un marco conceptual, analítico y metodológico apropiado para determinar, planear, concebir y supervisar actividades de desarrollo basadas en las normas internacionales de derechos humanos”.
En detalle, los principios que informan un enfoque basado en los derechos humanos son:
Universalidad e inalienabilidad: los derechos humanos son universales e inalienables y todos los habitantes del mundo son titulares de ellos; nadie puede renunciar voluntariamente a ellos ni una persona puede privar a otra de ellos.
Indivisibilidad: Los derechos humanos son indivisibles. Todos gozan de igual rango en tanto que derechos y no pueden ser ordenados jerárquicamente.
Interdependencia e interrelación: Muchas veces la realización de un derecho depende, total o parcialmente, de la realización de otros.
Igualdad y no discriminación: Todas las personas son iguales, y en virtud de la dignidad innata de cada persona poseen estos derechos sin discriminación de ningún tipo.
Participación e integración: Todas las personas y todos los pueblos tienen derecho a participar activa, libre y positivamente en el desarrollo civil, económico, social, cultural y político y a contribuir a él y a disfrutarlo.
Habilitación: Se denomina habilitación al proceso por medio del cual aumentan las capacidades de la gente para demandar sus derechos humanos y hacer uso de ellos.
Rendición de cuentas y respeto del imperio de la ley: un enfoque basado en los derechos humanos se esfuerza por aumentar la rendición de cuentas en el proceso de desarrollo, determinando quiénes son “titulares de derechos” y los correspondientes “titulares de deberes’, y por mejorar las capacidades de estos últimos para cumplir sus obligaciones.
Un enfoque de la educación basado en los derechos humanos tiene un potencial incalculable. Puede aportar un considerable valor añadido a las vidas humanas, pues según Unicef promueve la cohesión, la integración y la estabilidad sociales; crea respeto por la paz y la solución no violenta de los conflictos; contribuye a una transformación social positiva; es más rentable y sostenible; produce mejores resultados con miras al desarrollo económico; y crea mayores capacidades.
Un enfoque basado en los derechos humanos es una vía directa para mejorar el mundo en que vivimos.
Uno de los objetivos declarados de los ecosistemas de Knotion es unir el desarrollo de habilidades y conocimientos de distintas áreas, para dar respuesta a desafíos de la vida diaria.
Naturalmente, esta premisa contempla la preocupación constante por los problemas comunes y el bienestar de nuestros entornos.
Para lograr esta labor, dentro de los ecosistemas de Knotion existen tres ejes: Comunicación y Expresión; Perspectiva Científica; y Participación social. En este último, los derechos humanos ocupan un espacio destacado en los ciclos de Kínder, Primaria y Secundaria.
En el caso de Secundaria, Knotion menciona explícitamente que sus alumnos “actúan con responsabilidad social, apego a los derechos humanos y respeto a la ley”, “asumen responsabilidad sobre su bienestar y el de los otros y lo expresa al cuidarse a sí mismos y a los demás”, “reconocen, respetan y aprecian la diversidad de capacidades y visiones”, “reconocen la diversidad individual, social, cultural, étnica y lingüística del país”, y “promueven el cuidado de los ecosistemas y las soluciones que impliquen la utilización de los recursos naturales con responsabilidad y racionalidad”.
Y para lograrlo, Knotion enseña que a cada alumno a experimentar “una inmersión real a temas y problemáticas globales, que le permiten construir una relación nueva con el mundo que le rodea. El alumno deja de ser un observador pasivo y se convierte en un agente de cambio positivo, capaz de impactar su vida y su entorno”. El Modelo IMPAct se compone de cuatro fases que permiten a cada alumno desarrollar las competencias requeridas, avanzando desde la identificación hasta la acción, pasando por el proceso de indagación o mapeo y por la generación de un prototipo o solución.
Es decir: los derechos humanos no solo se enseñan, sino que se practican.
Ejemplo de lo anterior son algunos ejercicios simples pero contundentes que Knotion alienta a aplicar a diario. Entre ellos están establecer colectivamente las normas en clase y respetarlas (incluyendo a los maestros); identificar las diferencias naturales entre los alumnos, y enseñar a valorarlas; dar la posibilidad real a los alumnos de expresar sus puntos de vista aún cuanto estos no concuerden con los de, profesor… Y en términos prácticos, abordar los derechos humanos en todas las asignaturas, promover las expresiones artísticas para tratarlos, alentar debates para discutir sobre temas relacionados, enseñar que la memoria es en sí misma un acto de reparación a las víctimas, fortalecer ambientes de enseñanza y aprendizaje más respetuosos, enseñar el valor de la palabra empeñada, y recurrir a historias familiares y a lugares cercanos para ejemplificar el tema.
De esta manera, los alumnos observarán una estricta coherencia entre los contenidos teóricos y los comportamientos prácticos de sus distintos educadores.
Una educación basada en los derechos humanos debe alentar y aplicar cotidianamente los principios de no discriminación e igualdad, responsabilidad y transparencia, participación y empoderamiento en las aulas. Educar en los derechos humanos implica el desafío constante de practicar a diario esos mismos derechos al interior de las aulas. Solo de esta forma los alumnos vivirán de manera natural lo que se les enseña.
Solo de esta forma estaremos más cerca del objetivo final: mejorar en favor de todos el mundo que habitamos.
FUENTES