8 de Septiembre de 2022
Compartir
Compartir
Por Alejandro Peregrino
Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) ya son una parte irreemplazable y fundamental en la vida cotidiana de las personas. Hoy se encuentran presentes en prácticamente todo lo que nos rodea, desde nuestro trabajo hasta nuestras actividades diarias, y se ha convertido en una herramienta que facilita y agiliza los procesos empresariales, educativos y sociales.
Las posibilidades que nos otorgan las TIC son infinitas. Entre sus impactos positivos están mejorar los procesos educativos y facilitar las actividades de recreación de los alumnos, logrando apoyar procesos de aprendizaje.
Muchos adultos actuales no crecimos con esta tecnología y en ocasiones nos cuesta utilizarla de manera efectiva, responsable y consciente. En tal sentido la educación juega un rol importante respecto del buen uso de los crecientes avances tecnológicos, y de ahí la importancia de que nuestros pequeños crezcan educados con bases firmes y responsables respecto del uso de la tecnología.
La experta en herramientas tecnológicas para la educación, Isabel Sagenmüller, asegura que incorporar herramientas tecnológicas en la educación aporta beneficios que promueven el conocimiento y la interacción, además la eficiencia y la productividad en el salón de clases entre los profesores y nuestros niños.
Según su análisis, la educación se puede beneficiar de la tecnología en los siguientes aspectos:
Según Carolina Matamala Riquelme, maestra en Metodologías de la Investigación en Ciencias Sociales y doctora en Sociología y Antropología de la Universidad Complutense de Madrid, los alumnos con alto capital cultural son quienes tienen mayor capacidad de adquirir nuevos conocimientos y desarrollar sus destrezas o aptitudes, y en suma, mejorar su educación a través del uso de las TIC. Sin embargo, también puede haber algunos impactos negativos relacionados con los hábitos de uso de las TIC que afectan los procesos de aprendizaje formal, lo cual se hace particularmente evidente, por ejemplo, cuando los estudiantes consultan textos digitales confiando ciegamente en los dos o tres primeros sitios arrojados por el buscador.
En conclusión, las herramientas tecnológicas pueden favorecer la educación e impulsar el talento de los alumnos si como docentes y padres de familia guiamos su aprendizaje. De ahí la importancia de que todos los niños y jóvenes tengan acceso a las TIC.
La educación y el aprendizaje deben adaptarse al ritmo de la tecnología. En un entorno en el cual nuestros niños crecen a la par de ella es nuestro deber garantizar que lo hagan de forma responsable y, sobre todo, científica, es decir, que apliquen las mismas lógicas racionales que se aplican a la solución de los problemas de la vida real y busquen conscientemente sacarle el mejor provecho para mejorar su entorno.
Referencias: